Después de muchos avatares recorridos y caminados, sea a pie, en auto, corriendo o en bicicleta (esta es la primera de las cosas impensadas) hemos llegado a la inevitable conclusión de que la vida es una rueda de meditaciones trascendentales hipotérmicas que ayudan y que ruedan, circundando la holística sacramental de la racionalidad extrema que evita la consecución de fines propios en si mismos.
LLegar a dudar de estas verdades, ciertamente nunca antes planteadas, nos puede conducir al absurdo de amasar inciertos reales que se configuran en si mismos, que se expresan y meditan desde el desconcierto más absoluto, como un axioma que se establece, como un paradigma dificil o porque no, imposible de destruir.
Las verdades impensadas nos conducen a la pensación impensada de la circunstancia falsificada de la vida real, enternecida amorosamente, señalada como referente, enfrentada como a la muerte, como a la vida de circunstancias, etapas, períodos, términos, plazos, lapsos que obligan a realizar impensaciones reales pero místicas. Trascender a la otra etapa de la vida es una pensación impensadística, una imagen del recuerdo futuro que sembrará las semillas después de la cosecha. Hay que arar habiendo sembrado. Esa es la regla, la lógica, es impensado sostener querella al respecto, no cabe lugar a dudas que quien omita el requisito circunstanciado de asumir realidad tan vanal pero profunda, tan cierto pero esquiva, tan real pero tan incadescente, negará entonces paso a la vida por la vida, al otoño por el otoño. Wow, qué profundo lo que acabo de escribir... eso para mi también era impensado... N sabría como proponerme coronar lo interminable de esta forma dificil, incierta per real...
Como dije... todo es impensado... interrogante, raro